Ayer despedíamos la temporada los del equipo. Un conjunto de ilusionados «chavalotes» (la media del equipo roza, o desborda, los 50 años) que durante estos meses hemos disputado poco más de una docena de partidos oficiales y algún encuentro amistoso. De una inciativa que salió a la luz en 2008 en Madrid para dar cobertura a todos aquellos jugadores que por diversos motivos (tiempo, condición física, obligaciones laborales y familiares, etc.) no tenían cabida en las competiciones tradicionales, se ha ido creando un ilusionado grupo de equipos que año tras año han encontrado en esta categoría un espacio para jugar al balonmano «a su nivel».
Es cierto que «a su nivel» es una apreciación un tanto abierta. Hay equipos con un nivel muy alto, que cuentan con unos excelentes profesionales que han decidido dejar las competiciones tradicionales y se han subido a esta Liga de Veteranos. Pero también existen equipos más modestos. Equipos de «padres» que año tras año acompañan a sus hijos los fines de semana a sus competiciones y que han encontrado «algo especial» en este deporte que les llama la atención. Disfrutan jugando y viendo jugar; sin grandes aspiraciones. Les basta con terminar el encuentro sin lesiones, con el abrazo de sus oponentes y con un tercer tiempo distendido en algún bar próximo.
Pues ayer nos despedíamos pensando en la próxima temporada. Tendremos nuevas incorporaciones, alguna re-incorporación, pero el mismo espíritu que impera desde hace años. Somos el otro extremo del balonmano del club. De los prebenjamines a los veteranos tenemos mucho recorrido, y aunque físicamente es notable nuestra diferencia no es así en la ilusión y espíritu de todos estos equipos.
Feliz verano a todos mis compañeros de equipo y a sus «colaterales». Disfrutad de un merecido descanso y mantened una forma física «estable». Ya nos pondremos en contacto para la pretemporada.
Un abrazo.
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