Acabo de llegar a casa. Fin de semana relajado en Cantabria con mi familia. Sin mucha expectación hacia las noticias generales, pero un tanto inquieto por lo que pasa con nuestros chicos juveniles.
Me pongo a consultar mi entorno social media y me encuentro con el triunfo en el Europeo. Un montón de felicitaciones y apoyos. Muchos «#» con mensajes positivos y esperanzadores. El balonmano de nuestros «pequeños más mayores» ha conseguido un éxito que permite soñar con una esperanzadora generación de oro. «¡Hasta salimos en la tele!» comentaba alguno de nuestros chicos en su twitter…
Contento, muy contento con este resultado. Hace unos días hablaba del balonmano español que emigra, pero lo que hoy hemos conseguido con los que siguen jugando «en casa» es muy importante y significativo. Podemos conseguirlo, pero deberemos replantearnos nuestra ASOBAL. Estos campeones son los que motivarán a los benjamines que acaban de empezar… ¿Podemos preparar una competición en la que nuestros campeones lleguen con ganas de quedarse y, económicamente, razonablemente atractiva? Pongamos neuronas en ello o lo de hoy será un espejismo. Enhorabuena a los campeones!!!
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